jueves, 14 de enero de 2010

HERMES A LA VISTA…

   El monstruo creado por la Universidad Autónoma de Barcelona, cuya presentación oficial acaba de celebrarse, se llama Hermes. Con varias cámaras y un potente sistema informático, Hermes, con algo más de dos millones de euros de  patrocinio comunitario, promete grandes cosas: se le supone capaz de predecir los movimientos de las personas, casi de leerles el pensamiento. Los mentirosos serán cazados al momento, pues descifra como nadie el lenguaje corporal. Quienes anden con malos propósitos en medio de una multitud, serán descubiertos, seguidos y neutralizados.  
     Hermes permitirá controlar los movimientos de las personas que están solas, de forma que antes de que pase lo que no debe pasar, dará la voz de alarma. Por ello será, nos dicen, de gran utilidad para controlar a las personas ancianas que duermen solas: al menor suspiro extraño habrá intervención.  Será de lo más normal pillar a los delincuentes con las manos en la masa: las fuerzas del orden los estarán esperando. 
   Hermes pretende acabar con la impredecibilidad, una de las características más preciosas del homo sapiens como nos hizo notar Kierkegaard… Dudo que lo consiga, pero ya  me repugna la intención. Vamos, como dije en otra ocasión, hacia un mundo panóptico, fatídico para la libertad pero también para la dignidad. 

miércoles, 13 de enero de 2010

CONFESIONES SOBRE LA GUERRA DE IRAK

 Un día sí, otro también, van saliendo a la luz cabos sueltos sobre la decisión de meternos en esta  guerra que de ninguna manera el buen Santo Tomás hubiera calificado de “justa”. En rigor, las confesiones británicas y holandesas de estos días no añaden gran cosa a lo que ya se sabía, pero ponen de relieve, con la mayor crudeza, el déficit democrático que nos aqueja, la inanidad de las leyes y los organismos internacionales, la falta de criterio, la  ausencia de respeto por los derechos humanos, la perfidia, la estrechez de miras...  El poder anda suelto entre nosotros, indiviso, desnudo, descarado, prepotente, y no cabe esperar de él ni una confesión de verdad, ni lo que se entiende por propósito de enmienda.  ¿Poniendo a trabajar unas comisiones de estudio con casi diez años de retraso estamos haciendo algo al respecto? Me gustaría creerlo, pero en el futuro, a puerta cerrada naturalmente, alguien dirá: “Ya vendrán ellos con sus  comisioncitas  dentro de diez años, ¿y qué diablos nos importa?” Me parece estar oyendo las risotadas.  

SOBRE LA RETIRADA DE LOS SÍMBOLOS FRANQUISTAS


    Según la Ley de Memoria Histórica, se debe  proceder a la retirada de los símbolos franquistas, lo que causa un comprensible malestar a las personas que los tienen en un alto aprecio. Después de mucho darle vueltas al asunto, creo que esta Ley, acertada en parte, demasiado tímida en algún sentido,  falla en este punto, por llevar la lógica de la eliminación mucho más allá de lo estrictamente necesario.  Una sociedad abierta tiene que estar en paz con su pasado y respetar los símbolos de unos y de otros, y abstenerse de reescribir la historia a golpes de piqueta.
    Las  formidables estatuas de Largo Caballero e Indalecio Prieto “equilibraron” Nuevos Ministerios; la eliminación de la estatua  ecuestre de Franco causó el efecto contrario... Aparte de que el tiempo todo lo borra, lo más práctico, lo más saludable, lo más pedagógico, en lugar de picar los símbolos del contrario, es añadir los propios al paisaje urbano.

lunes, 11 de enero de 2010

EN DEFENSA DE LA SEÑORA ROBINSON


   La señora Robinson debe ser rehabilitada de inmediato, debe ser consolada. Necesita tiempo para madurar por sí misma las lecciones del caso. Salgo en su defensa a pesar de que ella, con su puritanismo extremoso, con su manía de juzgar y condenar al prójimo a la luz de un texto antiquísimo, me lo ha puesto lo que se dice difícil.  Pero la defiendo porque no me ofende en absoluto el hecho en sí: ¿Qué tiene de malo que una señora mayor y un muchacho se involucren en una relación sentimental, aunque no dure eternamente? ¿Juzgamos con la misma vara de medir a los sexagenarios y a las sexagenarias? ¿A santo de qué tanto titular, tanto escándalo, tanto rechinar de dientes, tanta angustia? ¿Todavía tenemos la jeta de burlarnos de los sentimientos ajenos, de ensuciarlos por principio? No deja de ser admirable la forma en que ciertas  personas retrógradas  acaban saltándose las reglas... 

jueves, 7 de enero de 2010

750 EUROS POR USAR BURKA…


      Tal es la multa que se proponen imponer en Francia a las usuarias de la polémica prenda. Ya veremos si la ley sale adelante o no, pero ya veremos también lo que queda de nuestro liberalismo por tan absurdo método de ganar terreno a quienes no piensan como nosotros. No es que a mí me guste el burka, pero estamos ante una cuestión de principios, de respeto por las creencias ajenas y de sentido pedagógico. A los partidarios de la ley anti-burka, con dárselas de progresistas les basta. Evidentemente, no piensan en las tribulaciones que causarán a sus usuarias, a las que, por anticipado, están negando la opción de guardar la prenda en el armario por propia voluntad, lo que nada tiene de progresista. Quienes pierden la compostura ante un minarete o ante un chador, o ante un burka, me causan preocupación, pues parecen no darse cuenta de que están dando clases prácticas de intolerancia. Los noto tan nerviosos como a los fundamentalistas del otro lado, lo que ya es decir. Va siendo obligación de todos releer, al menos, la "Carta sobre la tolerancia" (1689), de John Locke...
  

martes, 5 de enero de 2010

EL PODER ATONTA...

     Solemos atribuir a los poderosos capacidades extraordinarias, rigor analítico, sentido de la previsión, competencia técnica, control de los factores en juego, en una palabra, inteligencia. Sin embargo, haríamos bien en contar siempre, al estudiar cualquier fenómeno histórico,  con las chapuzas inherentes al ejercicio del poder. “El poder atonta”, dijo Nietzsche, y es la pura verdad.
   Después de habernos reído muchísimo de las chapuzas soviéticas, resultado de la concentración del poder,  deberíamos tener, al menos, la capacidad de prestar atención a las nuestras, por norma además. El exceso de poder, en cualquier ámbito, es inseparable de la arrogancia,  de la pérdida del sentido de las proporciones y, por descontado, de la capacidad de autocrítica.
    Me permito recomendar la lectura de El imperio de Hitler, de Mark Mazower. El mito de la “eficacia alemana” se ve definitivamente  puesto en su lugar, pues aquello fue, aparte de criminal, una completa chapuza.  Siempre, queridos amigos, hay que contar con el factor chapuza y no dar por supuesto jamás que quienes tienen la sartén por el mango saben lo que se hacen. Porque pueden haber perdido la razón y ser no sólo unos atolondrados sino también unos tipos muy peligrosos.

domingo, 3 de enero de 2010

BLASFEMAR, CON MULTA…

     Por  si el miedo al infierno no bastase,  en Irlanda van a multar a los blasfemos con 25.000 euros, lo que, se mire por donde se mire, representa un claro retroceso del sentido liberal de la convivencia y un nuevo deslizamiento por el camino que conduce a nuevas formas de absolutismo. Ser liberal de verdad consiste en cultivar la capacidad de aguantar la libertad de expresión del prójimo, ya deberíamos saberlo, por lo no me tomo el odioso trabajo de exigir que se multe a quienes no piensan como yo, a quienes me irritan, por ejemplo a quienes creen que la religiosidad humana se puede mantener a base de castigos.
      No es que a mi me parezca educado soltar blasfemias, pero a saber qué se acaba entendiendo aquí por blasfemia.  Al final, puede resultar que, sin decir ninguna cosa malsonante, uno acabe siendo acusado de la horrible falta. 
   Tengo la desagradable sensación de que el número de inquisidores y de fundamentalistas en general está yendo en aumento, pues hasta gentes hasta ayer mismo  ilustradas –caso Habermas–, no tienen ningún inconveniente en ver la "parte buena" de no sé qué “postlaicismo”,  antesala de un nuevo oscurantismo. Si no se para la deriva fatal con una masiva oposición (remitámonos a blasphemy.ie), la libertad de expresión se  expone a una sucesión de recortes, lo veo venir.Las grandes regresiones empiezan así.