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lunes, 14 de mayo de 2012

El 15M: PRIMER CUMPLEAÑOS


    ¡Qué gran acontecimiento, amigos! No me extraña que los lacayos de la Bestia neoliberal digan que el 15 M no va a ninguna parte, que es cosa de cuatro gatos, de unos subnormales políticos, de unos jovenzuelos que están fuera de la realidad. No me extraña porque conozco el paño.
    Dichos lacayos no hicieron nada por entender el 15 M durante los últimos 365 días y no han movido un dedo para calmar la indignación. Es más, han hecho todo lo posible para elevarla a las más altas cumbres. ¡Cuántas cosas indignantes, en solo un año!
    La sucia manipulación de nuestra Constitución, para darle el gusto a unos chantajistas que ni siquiera dan la cara, la fea adscripción al escudo de misiles, la devolución de los trabajadores al siglo XIX, las dentelladas a la sanidad y a la educación pública, subidas de esto y de lo otro, congelaciones, recortes y despidos, desahucios,  flujo metódico hacia arriba del dinero, caso Urdangarín y ahora, encima, lo de Bankia, pilotado por Rodrigo Rato, supuesto mago de las finanzas.  Y resulta que se ha retocado la ley, de modo que una reunión de más de veinte personas se pueda convertir, como en los tiempos de Franco, en una reunión ilegal, y resulta que cualquiera está expuesto, por protestar, a que lo pongan cuatro años a la sombra. ¡Todo un récord!
    El 15 M es lo único limpio, decente y prometedor que ha sucedido en nuestro país en mucho tiempo.  Y nuestra clase política debería ir tomando nota de lo siguiente: de seguir las cosas así, la indignación y la voluntad de cambio que definen al 15-M irá a más, no a menos.
     Y al final –no se puede gobernar indefinidamente contra la gente–, se transforme o no  el 15 M en un partido, se pongan o no de acuerdo las asambleas en torno a un programa común, las elecciones tendrán resultados que harán llorar a los que se pongan por delante, se modifique o no la ley electoral.  Tiempo al tiempo. Porque en algo estamos todos los indignados, yo a mis sesenta años de edad, completamente de acuerdo: hay que poner al ser humano por encima de los dineros del 1%, muy por encima…
     Las horas triunfales de la horda neoliberal están próximas a su fin, por sus locuras de casino, pero, en segundo término, gracias a los animadores del 15 M y a quienes comparten su sensibilidad. Hace no muchos años, sólo algunos lectores de Chomsky y de Galbraith sabían a qué clase de desgraciada y criminal necedad nos conducía esa horda. Hoy lo sabe todo el mundo, incluso aquellos que son tenidos por despistados.
    Como ya nadie está para bobadas (“brotes verdes”, promesas de “crecimiento” y cualquier otra que se les ocurra sobre la misma línea), la indignación sólo puede ir en aumento. La única manera de calmarla sería tomar medidas eficaces a favor del 99% y en contra del 1%.
    Hasta hace no mucho tiempo se pudo engañar, se pudo abusar de las distracciones del personal, ya no.  La horda neoliberal ya no tiene ningún crédito político, ni tampoco el menor crédito económico. Ella sola, con su locura, se ha cavado la fosa.  
     El 15 M es, en sí mismo, una indicación de que los tiempos han cambiado, de que empieza una nueva época. Naturalmente, la horda no se dará por enterada, y creerá que con tales o cuales mensajes publicitarios, o con tales o cuales brutalidades, podrá mantener el tinglado, cosa que pongo en duda. Podría, a lo sumo, crear un gulag neoliberal global –va por ese camino–, pero sólo si se lo consentimos.

jueves, 15 de diciembre de 2011

JUAN ROSELL VA A POR TODAS

     El presidente de la CEOE, Juan Rosell, un ingeniero industrial sorprendente, se encuentra en fase expansiva, entregado a la comunicación. Como propagandista de la fe neoliberal  está dando el do de pecho, según una partitura por todos conocida desde hace treinta años, desde su composición en la enrarecida y elitista atmósfera de los think-tanks más reaccionarios del otro lado del Atlántico.
     Nada de lo que dice con tanta fe ha salido de  su sustancia gris, pero eso da igual. Lo único realmente nuevo y llamativo es que no cante bajito, sino a todo pulmón, como recientemente han hecho los sabios de la Fundación Everis, convencidos de que ya es hora de dejar atrás la sociedad de las personas para pasar a la triunfal sociedad de los talentos.  
    En los viejos tiempos nadie  en su sano juicio se habría atrevido a decir cierto tipo de burradas, y menos aun a hacer ostentación de ellas e incluso a  elevarlas a la consideración del  Rey. Lo que indica la gravedad del momento histórico que nos toca vivir.
     Rosell va a por todas, por no ver fuerza alguna capaz de obligarle a marcarse unos límites sensatos, ni siquiera la dura realidad de los hechos sociales, toda ella fuera de su campo de visión.  Así, se ha salido de su terreno empresarial para apadrinar visiones antiilustradas en consonancia con su fe, en el campo de la educación, haciendo pie, no en ideas propias, sino en las doctrinas de los ya mencionados think-tanks norteamericanos, a los cuales se debe la destrucción de la educación pública en el país más poderoso de la tierra.  Por lo visto, no vale la pena gastar dinero en la educación de quienes ya vienen tocados por (presuntas) razones genéticas o socioculturales. Ahora lo que interesa es el talento, la excelencia., etc. etc.
      Mucho le gustaría a Rosell imponer el copago en la educación, la sanidad y la justicia, y ahora nos sale, en consonancia con todo ello, con la vieja idea de que hay que reducir el número de funcionarios, lo viene en el lote privatizador sobre el que tanto se ha predicado desde los tiempos en que  él era alumno de los jesuitas de Barcelona.
    De seguir los consejos del señor Rosell, pasaremos en pocos meses del Estado normal al Estado mínimo, el Estado ideal según el modelo neoliberal, un Estado residual pero  intratable, con el encargo de  garantizar el orden público y  las distintas transferencias de la riqueza en sentido ascendente. No se trata de disolverlo, porque es imprescindible para  para socializar las pérdidas (y además,  tendrá que seguir pagándole a la CEOE la subvención de cuatrocientos millones de euros.)
     Y es de ver lo rápido de reflejos que anda Rosell. Hace unos días, se supo  que el FMI, el BCE y la UE, todos a una, exigen a Grecia que el salario mínimo pase de 750 euros mensuales a 450. Y ya Rossel nos canta las ventajas de los minitrabajos, a los que se remunerará con 400 euros como máximo, con la posibilidad de que usted y yo, a menos que seamos holgazanes, tomemos dos…  Y ya nos podemos imaginar cómo se representa el señor Rosell la “necesaria” reforma del mercado laboral, a empezar por una congelación salarial de larga duración y por el despido a la china, de una patada.
     Si  Rosell se sale con la suya todos los males del Tercer Mundo irrumpirán en nuestro país, llevándose por delante la cohesión social y todos los progresos que tanto costó realizar y consolidar. Y el primer problema es que Rosell, en sintonía con el FMI, el BCE y la UE, ignorante de las consecuencias políticas y humanas del programa que se trae entre manos, puede acabar por llevar a nuestra democracia más allá del límite de su resistencia. 
     Si se expresa en tales términos sin prestar la menor atención al grado de indignación ya alcanzado, parece inútil pedirle un poco de sentido de la responsabilidad histórica. Pero algo hay que decirle, pues cree que el horno está para bollos como los suyos, y  se engaña absolutamente. Es muy lamentable que personas situadas en puestos importantes, a fuerza de hacer sumas y restas,  empiecen a comportarse como pirómanos.

miércoles, 27 de julio de 2011

EL GESTO DE STIGLITZ

    A los no indignados, a los satisfechos, les ha sentado fatal que Joseph Stiglitz se haya solidarizado con el movimiento del 15m. Nadie esperaba verlo  participando en la Asamblea de Economía que se celebraba en el Retiro. 
    Improvisadamente, altavoz en mano, Stiglitz nos dejó este mensaje, un diagnóstico conciso,  seguido de una prescripción facultativa: “Las malas ideas han dominado el discurso económico las últimas tres décadas. No son ideas sustentadas en la ciencia económica, sino en la ideología y los intereses. Hay una oportunidad real ahora de combinar la ciencia económica con un compromiso con la justicia social, para crear una nueva economía.”
    Y añadió: “Os deseo la mejor suerte”.  Entrevistado por el diario Público, no se anduvo por las ramas: si él estuviese en la piel de los indignados españoles, estaría aún más indignado
     Stiglitz ha dado un paso muy valiente.  Ex vicedirector del Banco Mundial, Premio Nobel de Economía y catedrático de la Universidad de Columbia no es precisamente un hombre ajeno al sistema. De ahí la importancia de su gesto.  Tenemos fundados motivos para creer que dentro del sistema, con cierto poder y con cierto predicamento, hay otros personajes que piensan como él, y sería muy de agradecer que dieran la cara con la misma naturalidad. El movimiento de los indignados está cargado de razón.
    Y bien mirado, entre las pocas esperanzas que nos quedan está la de que los espíritus decentes e ilustrados que se encuentran en el interior del Sistema se hagan cargo de la indignación reinante en las calles. Así, con los de fuera y con los de dentro unidos, sería posible, en teoría, poner límites a la élite maligna que se ha hecho con las riendas de la humanidad.

jueves, 2 de junio de 2011

EL LAMENTABLE SEÑOR BLAIR SE PERMITE DAR CONSEJOS


    Tony Blair anda por aquí, y no de paseo. Ha venido  a participar en el Foro Novartis de Excelencia  y, de paso, a entrevistarse con Zapatero, por lo que es noticia.  ¡Vaya personaje!
   Después de hacer papilla al partido laborista, de meter a su país en la guerra de Irak, aferrado al título de “progresista” que le han concedido graciosamente los intelectuales orgánicos, el pío caballero se permite dar consejos. A su juicio, hay que “escuchar” a los del 15M, pero no permitir que te gobiernen.  Una cosa es que el derecho de protestar sea legítimo, y otra distinta atribuir legitimidad a lo que dicen los que protestan, nos explica, sibilino como siempre. Ni que los indignados estuvieran ladrando o maullando. 
   El señor Blair ha ido bastante lejos al afirmar que la prioridad de Europa ya no debe ser la paz sino el poder. Traduzco: el falso laborista, que siempre tuvo esa prioridad, nos está invitando a tomarnos a guasa no sólo la paz en el mundo sino también la paz social. Sin pensar en las consecuencias, de lo que él es incapaz.

martes, 31 de mayo de 2011

A PROPÓSITO DE LA SPANISH REVOLUTION


     El poder establecido se ha sentado a esperar que el movimiento del 15M se extinga por sí mismo, cosa que –lo presiento– no va a ocurrir. 
    El impresentable señor Puig ha puesto de manifiesto que contra las gentes de paz provistas de razón, poco se puede hacer por las malas sin quedar como una bestia y empeorar el cuadro. En cuanto a las críticos de pago que tratan de minimizar el movimiento o desacreditarlo, están quedando a la altura del betún. Tal es el caso del señor Pío Moa, que declara ser partidario de acabar con las asambleas por la fuerza, incluso al precio de causar muertos, lo que equivale a un autorretrato paranoico. El cardenal Rouco nos explica que los acampados en la puerta del Sol tienen problemas en el alma, otro autorretrato, bien que de tipo clásico.
    Yo creo que habrá un antes y un después del 15m, y que nuestra democracia se juega muchas cosas de aquí en adelante, como se las juega el proyecto europeo. 
    Ya sabemos lo que ha sucedido en el norte de África. La  “primavera árabe” ha pedido fuelle, no por un desfallecimiento de su vanguardia sino por el genio maligno del poder establecido. En aquellas tierras se dispara contra la gente desarmada, se infiltran provocadores, se tortura en las dependencias policiales, se corta la luz, se identifica a las voces críticas por el simple procedimiento de seguirles la pista por Internet (un arma de doble filo como algunos han descubierto de la noche a la mañana). 
    Los indignados españoles y europeos están llamados a actuar en otro contexto, más suave, y esto se puede decir a pesar de la actuación del señor Puig y de que Sarkozy no dudase en dispersar a los reunidos en la Bastilla con gases lacrimógenos. Lo que no sabemos es cuál será la evolución de los acontecimientos. Si la única respuesta es  una altiva indiferencia, a buen seguro la indignación irá en aumento, con la consiguiente interconexión de los indignados europeos, ya en trance de materializarse.
    No basta con que el poder establecido se abstenga de dar palos. Tiene que prestar atención, tiene que oír y, sobre todo, debe rectificar. No miles sino millones de europeos, y no precisamente indoctos, han pedido la paciencia después de mucho estudiar, de mucho trabajar y de mucho buscar trabajo.  Tomar a guasa sus reivindicaciones, pretender engañarlos, sería una insensatez y una prueba de que el poder atonta. 

martes, 17 de mayo de 2011

DEMOCRACIA REAL YA: SE ACABÓ LA PACIENCIA


    Las manifestaciones que han tenido lugar en toda España bajo el lema “Democracia Real Ya” confirman las lecciones de la historia: cuando la clase política se produce de espaldas a lo que se entiende por el bien común, cuando la legitimidad se dilapida al servicio de las minorías satisfechas, cuando los juegos de prestidigitación política lejos de engañar, irritan, los pueblos, presuntamente dormidos, se despiertan, con resultados impredecibles.
    El 15 M se han movilizado jóvenes y no tan jóvenes que se sienten estafados por el curso de los acontecimientos y por el manejo de la crisis, personas que están sufriendo en sus propias carnes la penetración de males tercermundistas sumamente dolorosos.   
    Nuestra democracia se juega muchas cosas en el futuro inmediato.  Hartos de pamemas, los manifestantes piden una democracia real. No se habla de ruptura ni de revolución. ¿Pero está nuestra democracia en condiciones  prestarles la atención que merecen? He aquí la cuestión.
   Si el poder se acaba tomando todo esto como un asunto más o menos simpático, por un lado, y por el otro como un problema de orden público a solucionar por los guardias, mal asunto. Si acaba demonizando, ridiculizando, insultado o maltratando a las minorías más activas del movimiento de protesta, cometerá un error irreparable. Téngase en cuenta que el poder no se encuentra ante extremistas, sino ante ciudadanos  que  hasta la fecha han dado sobradas muestras de paciencia y estoicismo –ante ciudadanos que no están solos en su apreciación de lo que está pasando