viernes, 30 de septiembre de 2016

¿CON SÁNCHEZ O CONTRA SÁNCHEZ?

    La acción emprendida contra Pedro Sánchez es de género tenebroso, una acción propia de serpientes, antidemocrática y cloacal, de esas que rara vez ocurren a la vista de todos. Cuando el poder actúa así, tan a las claras, no solo apunta a un fin concreto, en este caso a acabar con Sánchez, porque apunta también a fijar un mensaje en el fondo de las conciencias, un aviso para caminantes, un recuerda lo que te puede pasar.
      Aquí están en juego intereses que para nada tienen que ver con la vigorización del PSOE ni con la estabilización de nuestro sistema de partidos. En este golpe contra Sánchez han primado los mismos intereses a los cuales fue sacrificado el desventurado PASOK.  El único pecado de Sánchez ha sido resistirse como gato panza arriba a ser nuestro Venizelos, razón más que suficiente, como se ve, para segarle la hierba bajo los pies.
     Hay quien se empeña en reducir la crisis del PSOE a una pelea entre Pedro Sánchez y Susana Díaz, a un problema de egos desmedidos, una forma como tal otra de cerrar los ojos ante las amargas realidades subyacentes. En una situación en la que nadie habla claro para no quedar en evidencia ante los poderes supremos, en la que es norma no mostrar las propias cartas, en que no se pasa de las frases a medias y las expresiones oraculares, resulta hasta cómodo hablar de problemas personales.
     En cuanto a Susana Díaz no sé, pero en lo que respecta a Pedro Sánchez tengo la certeza de que, de haberse plegado a los genios de la caverna, tenía la poltrona asegurada por toda la eternidad. Y no seré yo quien pase por alto que no se dejase sobornar por tan simple y común procedimiento. Esto le honra.
     Ahora bien, es de hacer notar que Pedro Sánchez, todavía atrapado por la dialéctica de los silencios y las frases a medias, no ha podido pasar del no a Rajoy.  En vista de que ese “no” era ya demasiado, se comprenderá que yo me haga una idea muy negativa sobre esta manera de hacer política.
     Es el colmo, pero los enemigos de Sánchez pretenden descabalgarlo sin más (por mentiroso, insensato, irresponsable), sin confesar que les mueve el común deseo de allanarle el camino a Rajoy y que no por otra razón se han metido en este indecente fregado. Madina, uno de los conspiradores, se acaba de lucir en ese sentido, insinuando que ni siquiera sabe qué decidiría.
     Al final se llegado  a un punto en que solo esta claro que Sánchez le dijo no a Rajoy. Así, pues, los bandos, se dividen en función de tal simpleza, y de cuestiones personales  de orden práctico o directamente psicoanalítico. Los propios militantes socialistas no cuentan con más elementos de juicio. En función del no a Rajoy, queda Sánchez a la izquierda, en situación de ser defendido o atacado por ello. Pero, ¡cuántas palabras y cuánto contenido se echan en falta! No es extraño que desde la calle la cosa tenga aires de quilombo.
     No sé si Pedro Sánchez va a tener ahora alguna opción de quitarse de encima a los santones de la acomodación. Aprovechando la salvajada que acaban de cometer, podría dar unos cuantos pasos de gigante, quizá salvar al PSOE in extremis. Pero tengo por seguro que no irá a ninguna parte con medias palabras, de las que la gente está más que harta. En resumidas cuentas, la verdadera alternativa es acomodación o socialismo democrático. 

miércoles, 28 de septiembre de 2016

EL PSOE SE QUEMA EN SU PROPIA SALSA

    El  PSOE  va camino de repetir la hazaña del PASOK, como era de temer.  Los últimos acontecimientos, incluido el navajazo de Felipe González a Pedro Sánchez, dejan un escasísimo margen a la esperanza de que se salve. El vicio de la acomodación, los intereses creados, el uso torticero de su marca de izquierdas, estas cosas tenían un precio político, a pagar a plazos cada vez más dolorosos.
    Me da la impresión de que Pedro Sánchez, aunque su punto de partida fuese el de la cúpula del partido, viéndose ya ante la responsabilidad de convertirse en nuestro Venizelos, ha venteado el peligro y ha querido alejar de sí tan amargo cáliz. Empezó diciendo que se sentía más cerca de Valls que de Corbyn, empezó haciéndole ascos a Podemos, dándole el gusto a esa cúpula, y ahora anda tanteando un camino propio, a ver si hay alguna manera de evitar el descarrilamiento del socialismo español. Es muy comprensible, ¿no creen?
     No es un asunto de poltronas, pues este hombre, con solo seguir las instrucciones de los primates de su partido, empezando por la de allanarle el camino a Rajoy, tenía asegurada la suya por muchos años. Ya tiene en su contra a los medios de comunicación, al IBEX, a los barones de su propio partido. A poco que se descuide lo ponen de patitas en la calle.
     Por lo visto al señor Felipe González le gustaría que su pupilo le entregase el timón a Rajoy a cambio de nada, ni de buenos modales siquiera, en plan mayordomo, en el supuesto, a mi juicio risible, de así se arreglarán  las cosas y todos contentos. En su empeño segarle la hierba bajo los pies a Sánchez llamándole mentiroso, el ex consejero de Gas Natural ha mostrado, una vez más, todas sus cartas. 

jueves, 15 de septiembre de 2016

EL CASO SORIA, POR EJEMPLO

      El ministro José Manuel Soria se ve forzado a dimitir  por unas cositas raras y una mentira, reaparece a continuación, como si tal cosa, como postulante español a la dirección del Banco Mundial, para acabar, fracasadas las sofísticas explicaciones oficiales, en su casa, no sabemos si por el abucheo general o –no lo descarto– por una reacción adversa de dicha autoridad mundial, de pronto sensible al qué dirán.
     El nombramiento a dedo no es lo peor, a juzgar por los usos y costumbres.  Lo que da grima es la forma en que se pretendió encubrir el dedazo con una apelación a no sé qué resortes administrativos, de tipo burocrático, ajenos a la voluntad del gobernante en funciones. ¡A ver si nos tragábamos la especie de que el señor Soria, por sus merecimientos como técnico en la materia, era de suyo el candidato más idóneo para llevar las riendas del Banco Mundial precisamente!
       Se  impone la evidencia de que los amigos de José Manuel Soria son morbosamente insensibles a la opinión pública. Solo así se explica que solo reculen ante ella in extremis, como sorprendidos.
     Dimitido el ministro Soria por motivos que no ha habido tiempo de olvidar, ¿cómo es posible que él y sus compadres metiesen la pata de  manera tan ridícula? Se confirma la impresión de que esta gente vive en un mundo aparte, solo apto para personas de muy escasa sensibilidad política.  Apercibidos de que no había ningún impedimento jurídico para el nombramiento, tiraron hacia delante con la típica arrogancia caciquil, sin pensar en la opinión pública ni por un momento, por desprecio y desconocimiento de la misma, sin pensar ni por un instante en las repercusiones políticas… Como si fueran tontos mismamente. Y esto sí que es grave. 

viernes, 9 de septiembre de 2016

¡TERCERAS ELECCIONES, POR FAVOR!

    Nos hemos metido en un círculo vicioso de muy difícil escapatoria. Tras el fracaso de Rajoy, estamos a la espera de que fracase Sánchez, con una molesta sensación de déjà vu.  Me temo que así no vamos a ninguna parte. Creo que lo mejor es ir a  las terceras elecciones, aunque caigan el día de Navidad, aunque no quepa esperar de ellas una modificación sustancial del mapa político. Cuanto más se prolonguen estas “negociaciones” insanas, peor, más confusión y más gatopardismo también.
    Entiendo que algunos se afanen todavía por muñir una “alternativa de progreso”, pero he de confesar que,  a juzgar por las piezas disponibles, me parecería trágico que se materializase.  El próximo gobierno, sea de izquierdas o de derechas, tendrá los pies de barro, y lo primero que tendrá que hacer es responder a las demandas de Bruselas, que exige nuevos recortes y ajustes.  Y eso no es todo, porque  no tardará en  estallar la mentira en que vivimos, esa bien gorda según la cual la crisis ha quedado atrás. Sinceramente, yo no le veo la gracia a que sea precisamente la izquierda o, mejor dicho, una problemática combinación de la izquierda aparente y la real, quien tenga que pagar los platos rotos de la derecha, encima con las dos manos atadas a la espalda. Ese desagradable trance, con un gobierno con pies de barro, se lo merece la parte responsable del engaño, ¿no creen?
     ¿Y qué cabe esperar de unas nuevas elecciones? Depende de cómo se vaya a ellas. A los votantes de este país les vendrían bien unas propuestas claras y distintas (están hartos de vaguedades, faroles y sofismas), así como también algo que se echa en falta, a saber, la noción de que se está en disposición tanto de ganar como de perder. Si gana Rajoy por los pelos, que gobierne, que apechugue. Bajo la estricta vigilancia de los perdedores, no podrá hacer tanto daño como en sus tiempos de mayoría absoluta, ni tampoco engañar ni durar mucho. ¿Y por qué no dejarle el campo libre ahora mismo? Porque los votantes estamos viendo cosas muy raras (¡y las que veremos hasta diciembre!) y necesitamos expresarnos.