miércoles, 22 de junio de 2016

LOS FANTASMAS DEL 26-J


     No sería nada raro que la segunda vuelta electoral dejara las cosas más o menos como están.  Lo que no está como siempre es el sistema político. La crisis económica, como era de prever,  ha terminado por afectarle negativamente, y no cabe esperar de las urnas ningún efecto terapéutico a juzgar por los dichos y los hechos de unos y de otros. El daño no ha sido cuestión de un día, y tampoco lo será la curación.
     He aquí la anomalía: tanto el PP como el PSOE actúan como si aquí no hubiera pasado nada, como si fueran unos santos.  El PP se produce como si todavía conservase su mayoría absoluta, repite los mantras de ayer, saca brillo a su victoria de diciembre, va de sobrado, como si se bastase a sí mismo para gobernar. No otra cosa hace el PSOE, aunque ya no las tenga todas consigo. Pedro Sánchez se muestra beligerante a derechas e izquierdas, tratando de afirmarse en un centro que ya se le ha desvanecido bajo los pies.
     Como el PSOE ha ido de partido de izquierdas, es muy comprensible que el electorado le haya pasado factura antes que al PP, pero ambos se encuentran en el mismo desfiladero,  cuesta abajo en su rodada. Es cuestión de tiempo que este reciba un castigo que dejará pequeño al de diciembre.
     Salvo reacciones geniales, el PSOE acabará como el PASOK y el PP como Nueva Democracia. Y conste que un entendimiento entre los dos después del 26-J no sería una genialidad sino un acto de desesperación.
      Se dice que el problema radica en la incompatibilidad entre Rajoy y Sánchez, pero no; es un problema de fondo. El problema es que estos partidos ya no representan a sus respectivos votantes, una desagradable evidencia que se abre paso poco a poco en las conciencias.  Tal es la consecuencia de haber tomado como propio el infumable programa que ha acabado con el sueño europeo. Han hecho suyo ese programa elitista; no tienen otro. Se dejan llevar, nada más, el PP con mucho gusto y el PSOE con disimulo. Y ha pasado lo que tenía que pasar.
     Desde la noche de los tiempos, desde la remota época de las jefaturas, es sabido que no se puede gobernar a favor de una minoría y en detrimento del común  de los mortales sin acabar mal. O el PP y el PSOE rectifican, o acabarán como sombras de lo que fueron. Y no hay más que ver cómo han reaccionado ante la recomposición de la izquierda propiamente dicha para concluir que carecen de recursos políticos para sobreponerse  a la adversidad.
    La  manía de meternos miedo con lo que podría hacer Unidos Podemos o con lo que podría pasar si Pablo Iglesias llegase a la Moncloa es algo más que una vieja artimaña electoralista.  Revela una ausencia de autocrítica que da grima, pésimos modales políticos y un vacío mental que hará historia. Resulta patético que le pidan a Unidos Podemos precisamente lo que ellos no tienen.
    Al parecer, el PP y el PSOE todavía no han reparado en que hay millones de españoles les temen bastante más que a Unidos Podemos. A estos españoles ya no se les engatusa con milongas macroeconómicas  ni  se les conmueve con declaraciones de principios incumplidos. Aunque solo fuera por la existencia de estos votantes, el PP y el PSOE deberían mostrarse más respetuosos. Y hay que tener en cuenta, además, que de no mediar esta izquierda, ellos habrían terminado de perder el sentido de la realidad. La normalización de nuestro sistema democrático no depende solo del buen hacer de Unidos Podemos. A ver qué hacen ellos.

2 comentarios:

  1. Manolo. Tú que eres un tipo cabal e inteligente. ¿Me podrías aclarar cuál es la ideología o el planteamiento político de Podemos? Porque a estas alturas ya no lo sabe nadie. ¿Es el anticapitalista con ideas marxistas-leninistas que ganó 5 eurodiputados? O es el socialdemócrata que alaba a Zapatero después de haber hecho una lacrimógena alianza con la momia de Anguita, el autor de la pinza que dio la mayoría absoluta a Aznar? ¿Te parece bien que Podemos haya fagocitado a Izquierda Unida, es decir, al PC, un partido con una historia gloriosa en el antifranquismo y con peso específico propio? ¿Qué hay detrás de Podemos aparte de una amalgama confusa de gentes diversas, anticapitalistas, antisistemas, ácratas, antiguos abstencionistas, jovencitos adanistas que van a reinventar el mundo, indignados, rencorosos, gentes que esperan que un cambio radical les saque personalmente las castañas del fuego? ¿Cuál va a ser su nuevo eslógan, después de "la casta", el "empoderamiento", los círculos, arriba y abajo, la transversalidad? ¿Por qué Podemos vota lo mismo que el PP en la sesión de investidura de Sánchez? ¿Qué hay en Podemos además de un manejo eficaz de las redes sociales, del indisimulado apoyo de cadenas de televisión, de internautas que actúan como una horda (por no decir como grupos de mamporreros), de catálogos de Ikea? ¿Es que en este país todo el mundo se ha vuelto sordo y ciego? ¿Hay tantos fanáticos, doctrinarios, conversos, iluminados sueltos como parece?
    De verdad que da miedo. No por lo que va a hacer Podemos con la cuota de poder que alcance, que va a ser lo mismo que hizo Syriza en Grecia, sino por la banalización de la política y de las ideas, por el afán desmedido de poder, por el personalismo, el narcisismo y la falta de ética de sus dirigentes (salvo, quizás, Errejón), por la radicalización de los extremos en España que nos retrotrae a la etapa más nefasta de nuestra historia....
    Te lo pregunto con afecto y muy sinceramente. ¿De verdad no les ves las costuras a estos tipos?

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  2. Mil gracias por tu comentario. Te contesto en el blog. Abrazo

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