miércoles, 25 de abril de 2012

EL REY DON JUAN CARLOS, EL ELEFANTE Y LA BESTIA


    El rey ha tenido el acierto de pedir perdón, sin dar muestras de tomarnos a mal que nos preocupásemos más por la integridad del elefante que por su regia cadera. Esto le honra, y le sitúa muy por encima de quienes se creen más allá del bien y del mal en temas bastante más graves que una excursión cinegética.
    Sucede cuando la corona se ve bajo la lupa de muchos. Y sucede cuando la clase política se encuentra con el prestigio por los suelos, algo perjudicial para la monarquía, directamente expuesta a la contaminación que se deriva del penoso fenómeno, y más ahora, estando sobre la mesa el caso Urdangarín, de cuyo poder contaminante ya hemos tenido pruebas en los periódicos, en los bares y en los taxis. Los republicanos y los derechistas resentidos se frotan las manos a la vez, con propósitos radicalmente opuestos.
    ¿Hemos llegado al fin de una etapa? ¿Se agota el tiempo de la Monarquía constitucional que suscribimos en 1978? Depende.
   Y depende, creo yo, de lo que haga don Juan Carlos,  a quien la historia le ha puesto delante un nuevo reto, sólo comparable al de la puesta en marcha y el feliz desarrollo de la Transición, 23-f incluido. Si sale airoso, habrá monarquía para rato, como la hubo hasta ahora, sin chispas, fricciones ni fealdades, con un punto de merecido orgullo. Y nos olvidaremos de Urdangarin, del elefante y de algunas cosas más.
    Pero el reto se las trae: se trata de que contribuya a poner límites a la bestia. Y por bestia entiendo, claro es, el capitalismo salvaje, que amenaza con destruir todo lo construido hasta la fecha. Y saldrá airoso con sólo que lo intente, con sólo que lo sintamos efectiva y seria y sostenidamente de nuestra parte.
     Si el rey se dejase seducir por la bestia –Dios no lo quiera–, si fuese visto –visión escalofriante– como compadre de dicha bestia, si perdiese contacto con las necesidades de la gente –como le ocurrió a su abuelo por su afición al tiro al pichón–,  si se pusiese al nivel de los peones de la bestia, acreditados ignorantes y vendepatrias, la monarquía se metería en un terreno intransitable.
     La historia está llena de monarcas sin el menor sentido de futuro. Pero don Juan Carlos lo tuvo, como tuvo sentido del Estado y de las proporciones, como supo arreglárselas para ser rey de todos los españoles y no de una camarilla prepotente. ¿Hemos de pensar que ha perdido facultades y que va a jugarse el destino de la monarquía en el casino de la banda neoliberal? Esperemos su respuesta, la única que cuenta.
    (Vista la correlación de fuerzas, no deberíamos apresurarnos a segarle la hierba bajo los pies en nombre de los ideales republicanos. Pues para hacer frente a la citada bestia hacen falta todos los ciudadanos de buena voluntad. También el rey.)

4 comentarios:

  1. Si dijera que no estoy, en absoluto, de acuerdo con esa buena imagen que pretendes mostrar del Rey, estaría diciendo verdad; si dijera que al Rey le importaos una mi... lo que nos pueda pasar a los ciudadanos y trabajadores, estaría diciendo verdad; si dijera que el Rey está implicado hasta los ojos en la estafa cometida por su yerno "el Urdanga" estaría diciendo verdad, pero si dijera que al Rey lo único que le importa es la fortuna que ha amasado a costa de las arcas del Estado... que son, a su vez, las arcas que contienen el producto de los millones de esfuerzos hechos por los trabajadores, trabajadores por los que el... el Rey Juan Carlos I, no siente ni el más mínimo respeto, es más, a los que ha faltado al mayor de los respetos si lo que, de verdad, quería es que siguiéramos su ejemplo ¡sí, su ejemplo! eso que tanto se empeñó en recalcar en "su último discurso de Navidad". Para terminar, me gustaría dejar claro que no tengo ningún interés en que se instituya la tan cacareada República, sencillamente, porque a lo largo de mis años vagando por un vida de explotado, de engañado, de manipulado, de vapuleado y reprimido y por haber me ocupado de visitar las páginas de la historia, de esa historia que los que ganaron, entre los que se encuentran personajes como vuestro querido Rey, he llegado a la conclusión de que,
    ¡Con todos los Gobiernos vamos de culo!

    ¡@! Te suena majo???

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  2. Penella ¿sabe usted si para la caza del elefante se usan balas expansivas como las que usó Breivik en Utoya? Creo que no, creo que la bala expansiva se usa con leones tigres y leopardos (animales de piel blanda), con los elefantes creo que se usa la expansiva retardada, que expande hasta mas del doble del diametro inicial, (el destrozo sigue siendo considerable).

    Yo no me meto con que el matrimonio del rey haya fracasado o que el monarca tenga una querida. Tampoco me meto con que haga viajes privados cuando su agenda se lo permita (con que esté siempre localizable es suficiente, no necesita dar a conocer su destino). Pero un hombre maduro que se pone delante de un animal y le dispara a bocajarro una bala expansiva de grueso calibre y ademas se ve a sí mismo como un intrepido deportista......o está fuera de sí o es un desalmado al que se le debería retirar inmediatamente de cualquier puesto institucional.

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  3. Hola Manuel, un grupo de amigas estamos investigando si Borjita Prado, presidente de Endesa, fue de incognito tambien a Botswana con el rey a cazar elefantes. ¿tienes algun dato que nos pueda ayudar?
    Nosotras hemos investigado y descubierto que el padre de Borjita Prado, Manuel Prado y Colon de Carvajal, intimo amigo del rey, si que era aficionado a la caza de elefantes en Africa. Tenemos un mosqueo tremendo con Borjita Prado pues pensamos que gente poderosa le está protegiendo y encubriendo para que no se sepa que asistió tambien a la caceria de Botswana.Obviamente si esto fuera cierto y se hiciera público sería el final de Borjita como mega-empresario-estupendo.

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  4. Interesante y acertado texto sobre el rey de nuestro país. Figura últimamente puesta en tela de juicio, y con razones de peso, ya que el momento actual no es el más oportuno para cazar elefantes (una aberración), derrochar en viajes u otras frívolas actuaciones. Sin embargo y por otra parte, vivimos en una Morarquía Parlamentaria, es nuestra forma de democracia. Y el rey es nuestro Jefe de Estado. Darle una oportunidad para ponerse de parte del pueblo es necesario. Porque es muy probable que pueda ayudar a poner límites a la bestia de los mercados, de los recortes, de los falsos goberantes, del sistema corrupto y prepotente. Demostrando así estar al lado de los débiles y de la ciudadanía en general. Un republicano

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