miércoles, 8 de diciembre de 2010

NOTICIAS DEPRIMENTES

     Leo que los irlandeses han visto esfumarse los dineros de su seguridad social, devorados por la crisis. Veo que Obama opta por seguir en la línea de Bush, rebajando los impuestos a los ricos, supuestos creadores de riqueza. Veo que Zapatero elimina de un plumazo el salario, de por sí mísero, a los parados. Veo que los controladores aéreos dejan plantados a los pasajeros y me veo haciendo un esfuerzo para entender sus motivos, oscurecidos por la ira que han concitado sobre sí mismos con su desconsiderado proceder. Al final no me creo las razones del gobierno ni las de los controladores, lo que ya es indicio de desconfianza generalizada.
    Me entero de que las altas autoridades europeas han rechazado prolongar las bajas por maternidad, a pesar de la luz verde de los expertos. Oigo a Aznar decir algo así como “menos pensiones y más trabajo”.  Vuelvo a leer el documento Transforma España y me quedo en un estado intermedio entre el llanto y el cabreo. Oigo que el FMI aplaude los recortes de Zapatero, un hombre sumamente astuto desde el punto de vista de los norteamericanos. Parece que ha gustado mucho su intención de privatizar algo de lo poco que queda.
    Oigo a Vargas Llosa arremeter contra la democracia de Bolivia y de Nicaragua, como si otras fueran perfectas.  Constato que el proyecto europeo, reducido a la mínima expresión por el imperio de los buhoneros, hace agua por todas partes, mientras la señora Merckel se remite insípidamente a los valores judeocristianos. Me entero de la detención de Julian Assange, cuyas buenas intenciones empiezan a ser cuestionadas sistemáticamente, por un supuesto delito de violación y otro de abusos. Hay quien, a cara descubierta y con un lenguaje de épocas que creíamos pasadas, reclama la eliminación física de Assange. Por mucho que me estruje el cerebro, no veo nada positivo en todo ello. Hemos entrado ya en una fase oscura, no sólo en el plano económico.

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