domingo, 19 de julio de 2009

LA SALUD, OBJETIVO GLOBAL

Allá por el año 1946, la Organización Mundial de la Salud, recién creada, definió la salud como el "el estado de completo bienestar físico y social y no solamente como la ausencia de enfermedad". Ya que estamos en una avanzada fase de "globalización", esta definición me parece irrenunciable, valiosísima, un auténtico faro en medio de la oscuridad.

Quienes no la aceptan, quienes la critican, quienes la tildan de "idealista" no pasan de ser unos cómplices de la antihumanidad militante que amenaza con arruinar nuestras vidas y el planeta. Tomada en serio es, desde luego, una definición exigente, y seguramente hoy se optaría por alguna fórmula rebajada, menos comprometedora, más fácil de manipular en términos estadísticos.

Yo he conocido esa salud, con ese completo bienestar, la he perdido y vuelto a recuperar... Aun no disponiendo de ella en estos momentos, me siento agradecido. ¡En los tiempos que corren es un privilegio haberla experimentado!

¿Acaso debemos tener como objetivo supremo que todo ser humano pueda disponer de una escudilla de arroz? ¡Un poco de ambición! Porque todos merecemos esa salud, para la cual estamos hechos –a menos que persistamos en preferir el viejo y maligno cuento del Valle de Lágrimas.

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